Nace la Dinastía de la Muerte

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Por Diego Mejía

Desde su debut, los Traumas defendieron la esquina ruda. Sus luchas se caracterizaban por iniciar con una demostración de lucha a ras de lona, para después, cuando menos lo esperaban sus rivales, cambiar el ritmo del combate y convertirlo en un festival de rudezas.


Con ese estilo, los Traumas pronto se convirtieron en ese fenómeno que pocas veces se da en la lucha libre, y que es mencionado en la legendaria cumbia “Los luchadores” interpretada por el Conjunto África: “En el ring luchaban los cuatro rudos, ídolos de la afición” (ok, los Traumas son sólo dos, pero la canción dice cuatro y no quería mutilar la letra de la cumbia).
Por regla general, la gente suele apoyar a los técnicos, los representantes del bien, y por ende siempre esperan que los rudos, aquellos tramposos que muchas veces los hacen enojar, salgan derrotados. Sin embargo, cada cierto tiempo, surge un rudo que se gana el cariño del público y provoca descontrol en los técnicos cuando no reciben el apoyo esperado.
Desde sus inicios en Naucalpan, los Traumas consiguieron un lugar en ese selecto grupo de rudos que se han ganado la idolatría del público, y que a pesar de llevarse los abucheos de la gente (ningún rudo está exento de eso), son de los más buscados por los aficionados para tomarse una foto o conseguir el tan anhelado autógrafo.
Y es que actualmente la afición se ha vuelto aún más exigente. Ya no se conforman con ver a luchadores que sólo saben volar (con algunas excepciones, claro), y quieren regresar a las bases de la lucha libre. Por eso, cuando aparece algún gladiador que demuestra que sabe más de tres llaves (y vaya que los Traumas conocen muchas), no importa qué esquina representen y el apoyo se vuelve, muchas veces, incondicional.

Nueva esquina, misma aceptación.

En la primera función que se presentó en 2009 en la arena Naucalpan, los Traumas llegaron al recinto de San Bartolo sin saber que su destino estaba por cambiar
En aquella ocasión, por causas ajenas a su voluntad, un luchador técnico faltó y los promotores le pidieron al Trauma II que subiera al ring para completar la tercia técnica. A pesar de que ya había luchado en el primer combate de la noche, el Trauma II demostró su profesionalismo al subir al ring por segunda ocasión y entregarse al cien por ciento.
En aquella lucha, en contra de los Oficiales, los rudos se ensañaron con el Trauma II por haber cambiado de esquina aunque fuera por una sola ocasión. El castigo que recibió en aquella ocasión fue indescriptible. Todo el tiempo tenía a más de un rival encima de él y terminó con su máscara rota. Un chispazo le bastó para reaccionar y nivelar las cosas a su favor, pero la desventaja numérica fue mucha y terminó con la derrota a cuestas.
De los vestidores salió su hermano, quien había luchado en el encuentro anterior, para apoyarlo ante tan alevoso e innecesario ataque (ya había terminado la lucha) y en ese momento la gente se les entregó por completo. A partir de entonces nació una rivalidad inesperada, los Oficiales contra los Traumas.
Había un problema, sin embargo, y es que los Oficiales son tres, mientras que los Traumas son un dueto. Si bien no se decidían a pasar al bando científico, sus compañeros rudos (sobre todo el Fantasma de la Ópera) dejaron de confiar en ellos y los Traumas se vieron obligados a cambiar oficialmente de esquina.
En sus primeras luchas como técnicos, los Traumas empezaron a ser programados en encuentros en relevos australianos pero no lograban encontrar al compañero ideal para hacer una tercia de cuidado.
Si bien ya tenían la aceptación de la gente, la nueva esquina les dio un mayor impulso a su carrera y se ganaron más adeptos de los que ya tenían. La rivalidad con los Oficiales creció tanto, que fue inevitable un encuentro por el campeonato de tercias que poseen AK-47, Fierro y 911.
Acompañados del espectacular Zatura, los Traumas dieron uno de los mejores encuentros que se ha visto en Naucalpan en mucho tiempo. En esa ocasión, sin embargo, la suerte no les favoreció y los campeones de tercias salieron con el brazo en alto. La ovación, sin embargo, fue para los Traumas y Zatura, quienes salieron de la arena convertidos en unos campeones sin corona.

Nuevos rivales, mismas ganas de sobresalir

Después del encuentro con los Oficiales, los Traumas encontraron un nuevo reto al ser programados en contra de una de las tercias más fuertes del Grupo Internacional Revolución, los Terribles Cerebros (Black Terry, Doctor Cerebro y Cerebro Negro). Las victorias se dividían y se hacía inminente un duelo por el campeonato de tercias del Estado de México que ostentan los Cerebros.
Sin embargo, el compañero de tercia de los Traumas en aquella ocasión no logró acoplarse del todo con sus socios y al final los Cerebros retuvieron los cinturones.
Fue entonces que se dio un movimiento en las carteleras que produjo muy buenos resultados. Primero fue en Xochimilco, después en Naucalpan, los Traumas empezaron a hacer equipo con su padre y maestro, el Negro Navarro, y se encontraron con un compañero que practicaba su mismo estilo de lucha y con quien el acoplamiento era natural.
Las luchas entre Traumas y Negro Navarro en contra de los Cerebros se convirtieron en platillos muy atractivos para los aficionados; esos combates lo mismo ofrecían derroche de técnica por parte de los seis luchadores, que un festín de rudezas. Era lucha libre para todos los gustos.
Con este compañero de lujo, los Traumas están listos para nuevos retos. Se vislumbra dentro de poco una lucha por el campeonato de tercias de los Cerebros. No sabemos cuál será el resultado en caso de darse esta contienda, pero nos atrevemos a asegurar que ese combate será algo para recordarse, por lo menos, durante lo que resta de este 2009.
Sea cual sea el resultado si se da ese encuentro campeonil, quienes hemos tenido la oportunidad de ver en vivo a los Traumas haciendo equipo con su señor padre sabemos que veremos algo muy especial.
Los promotores los han bautizado como la Dinastía de la Muerte. Si se les da la continuidad necesaria, estaremos presenciando el nacimiento de una tercia que puede escribir buenas páginas en la historia de la lucha libre.
La Dinastía de la Muerte ha llegado y dejarán todo sobre el enlonado antes de permitir que el rival se vaya con la victoria a cuestas.

1 comentarios:

Rafael Lizárraga dijo...

Hasta dan ganas de ir... a ver si un día me invitas ¿no? Digo, cuando esté en MX.

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